“Espejo Inquietante: danza, artes visuales e inteligencia artificial” es el nombre de la puesta en escena y exhibición artística que el público podrá conocer en el Museo de Arte Contemporáneo de la U. de Chile y en el CEINA a contar del 26 de septiembre.
En el proyecto, que lleva la danza al museo, los artistas capturan el movimiento, lo procesan con inteligencia artificial y desafían a los artistas a representar el resultado que viene de ellos mismos, extrañando al público sobre quién imita a quién.
Tres intérpretes estarán en escena para las presentaciones gratuitas de “Espejo Inquietante: danza, artes visuales e inteligencia artificial”, proyecto encabezado por la coreógrafa Alexandra Miller Sickert y el artista visual Jaime San Martín Amador. En esta exhibición, las y los bailarines realizan una coreografía que dialoga con otros personajes que están en la pantalla, que, al parecer, son ellos mismos pero con algunas diferencias mediadas por la tecnología: la IA y la fotogrametría.
Pero no solo eso. Esta propuesta escénica viene de la mano de una exposición que traerá al Museo de Arte Contemporáneo de la U. de Chile, sede Quinta Normal, luego al CEINA en pleno centro de Santiago, y finalmente a Galpón Galería en San Joaquín, una exhibición de imágenes digitales donde el mundo que estos personajes habitan se entremezcla con archivos fotográficos de la capital y escenas inquietantes construidas para complementar escenográficamente las funciones.
Financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes Escénicas, 2024, el proyecto está atravesado por el concepto de “valle inquietante” del japonés Masahiro Mori, con cruces a textos de la escritora Guadalupe Santa Cruz y de la teórica y académica de la UMCE Elizabeth Collingwood-Selby. Así, danza y artes visuales se permean y dialogan, desafiando a los artistas en escena y al público a reconocer quién imita a quien: el bailarín o su doble digital en la pantalla.
Nuevas formas de moverse
¿Y cómo lo hicieron para que el video siguiera a los bailarines? Esta fue una de las preguntas que recibieron Alexandra Miller y Jaime San Martín luego de una apertura de proceso durante el 2022 en el marco de una residencia en CEINA.
Como explica Jaime San Martín, la obra corresponde a la captura de los movimientos de los artistas en los ensayos “desde una variedad de fuentes -unas más cotidianas y unas más plásticas- y hacer que una inteligencia artificial las traduzca y digitalice para después ver que le pasa a la intérprete en un camino de traducción cruzada. La máquina traduce los movimientos y luego los reinterpreta quien los ejecutó en primera instancia, entonces son como traducciones para un lado y para el otro”.
En ese proceso, explica, se producen “movimientos mal traducidos que generan ruido”. En la experiencia corporal de la danza, detalla Alexandra Miller, “ahí está la dificultad, de cómo el performer traduce algo que no puede hacer”. En ese vacío “aparece algo interesante que te empuja a encontrar un lenguaje distinto, algo que no habrías hecho sin este procedimiento. Creo que ahí también está este potencial de colaboración con la máquina, que esta traducción te propone nuevas maneras de moverte”.
Junto con la traducción del movimiento de los bailarines por parte de la tecnología, la obra incluye el trabajo de “vestir” a los personajes -o avatares de los bailarines-, labor realizada “artesanalmente” por parte del artista Jaime San Martín. En esa labor, los personajes de la pantalla lucen como los bailarines de la escena, pero, ¿lo son?
Lo inquietante
El nombre de esta propuesta, Espejo Inquietante, deriva del concepto “uncanny valley” (valle inquietante), acuñado por Masahiro Mori, término proveniente de la robótica que refiere a una franja perceptual donde la familiaridad de lo no humano produce una intensa sensación de inquietud o desasosiego. Paradójicamente, esta sensación de inquietud se diluye cuando dejamos de reconocer por completo si aquello posee vida o solo la imita.
Con esta conceptualización, los artistas representan la sensación de extrañamiento que se da, por ejemplo, cuando en las noticias internacionales aparecen robots con apariencia humana realizando una labor específica: parece persona, pero sus gestos, sus expresiones, más allá de que se explicita que son robots, develan que son máquinas. Es familiar, pero es extraño al mismo tiempo. Ahí surge la inquietud.
Otro de los puntos de extrañamiento que utilizará el equipo de trabajo es la localización. Las y los avatares estarán ubicados en distintos puntos de la capital, puntos que conocemos, pero que pueden ser cualquier otro, como una estación de metro, un pasillo vacío en un caracol del centro; siguiendo en este punto algunos textos de la escritora y artista Guadalupe Santa Cruz.
Finalmente, como destaca Alexandra Miller, el provecho mayor que ve para la danza por parte de la IA es “cómo esa tecnología la danza la puede aprovechar para sí misma, cómo sacarle rendimiento a lenguajes que tiene y no solo ponerse al servicio de lo tecnológico, no solo utilizarlo como ‘chiche’”.
¿CUÁNDO? 26 de septiembre y el 13 de octubre ¿DÓNDE? Museo de Arte Contemporáneo, Matucana 464 ¿CUÁNTO? Funciones gratuitas MÁS INFORMACIÓN AQUÍ
¿CUÁNDO? 17 de octubre y el 3 de noviembre ¿DÓNDE? Centro de Extensión del Instituto Nacional ¿CUÁNTO? Funciones gratuitas MÁS INFORMACIÓN AQUÍ
¿CUÁNDO? 9 y el 22 de noviembre ¿DÓNDE? Galpón Galería. Avda. Salvador Allende 543, San Joaquín ¿CUÁNTO? Funciones gratuitas MÁS INFORMACIÓN AQUÍ
Ficha Artística
Dirección: Jaime San Martín y Alexandra Miller
Producción: Cristian Muñoz
Performers: Varinia Canto Vila, Rodrigo Chaverini y Carmen Gloria Soriano
Styling y RRSS: Emilia Pinto Labbé
Apoyo artístico y audiovisual: Alejandro Ignacio
Prensa: Francisca Palma
Colabora: Museo de Arte Contemporáneo sede Quinta Normal, Centro de Extensión del Instituto Nacional y Galpón Galería San Joaquín
Agradecimientos a Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello