Como parte de la celebración de los 145 años desde la creación del Museo Nacional Bellas Artes, se presentan ocho obras fundamentales del autor en la nueva muestra permanente, titulada Historias de una Colección.
En el marco de sus 145 años y en el mismo espacio donde el artista chileno Roberto Matta expuso hace más de 70 años, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) dedica la Sala Chile para la exhibición permanente de ocho pinturas esenciales para la Colección MNBA. Así, a partir del 10 de julio, el Museo comienza con la renovación de la exposición de su acervo, marcando un esperado reencuentro del público con uno de los creadores más influyentes del siglo XX.
De forma inédita, el MNBA dedica una sala completa solo a la obra de Roberto Matta, saldando una deuda país, tanto con el autor como con la ciudadanía. El reencuentro con estas icónicas pinturas reafirma la importancia de que el patrimonio nacional esté al acceso público de forma permanente, para que todas las personas puedan conocer y acercarse a la obra de un referente del arte contemporáneo de reconocida trayectoria internacional.
“Abrir la mirada no es solo el título de esta exposición de Roberto Matta, es también una invitación a cuestionar, imaginar y soñar desde el arte. Con esta muestra, reafirmamos nuestro compromiso como Estado con el acceso a la cultura y el patrimonio, reconociendo en Matta a un artista visionario que puso el pensamiento crítico al centro de su creación”, afirma Carolina Arredondo, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Volver a presentar la obra de este pintor, de cara a la celebración de los 145 años del Museo Nacional de Bellas Artes, marca un relevante hito hacia el público. “Con esta exposición buscamos devolver a la ciudadanía el poder contemplar, disfrutar y emocionarse frente a una selección de obras icónicas de la Colección MNBA de uno de los artistas más relevantes del siglo XX, Roberto Matta. Fue un defensor de la libertad de expresión, del arte como medio de reflexión y motor de transformación social. Su compromiso político y con el arte y como resonó profundamente en Chile, y en el MNBA fue una figura central: su obra y pensamiento influyeron en generaciones de artistas y en la comprensión del rol del arte en el país”, señala Varinia Brodsky, directora del MNBA.
La exhibición reúne un conjunto de piezas trascendentales que son parte del acervo del Museo, no solo por tratarse de obras de gran valor histórico, sino que también por la figura que representó Matta como un agente social y político en el MNBA, sobre todo en los años 70 con su relación con Chile y los procesos sociales. Realizadas en distintos momentos de su trayectoria, este conjunto, presentado en la Sala Chile -precisamente donde el artista expuso en abril de 1954-, formará parte de la exposición 145 años. Historias de una Colección. “Como parte de nuestra celebración por los 145 años, consideramos fundamental que todas las personas tengan acceso y la oportunidad de conocer estas magníficas obras. Especialmente las nuevas generaciones: es un derecho, y como tal, está intrínsecamente ligado a la misión del Museo”, agrega la directora MNBA.
A partir de septiembre, la muestra 145 años. Historias de una Colección, se extenderá a todo el segundo piso del Museo, que en un proceso de curaduría colectiva por parte del equipo del MNBA, se propondrán revisiones acerca de la construcción de la Colección desde su origen hasta la actualidad, pasando por las distintas administraciones y contextos que cruzan más de un siglo.
Cósmico y social
La muestra incluye las obras: El día es un atentado (1942) la obra más antigua del artista en la colección, que fue adquirida por el Museo en 1953, Abrir el cubo y encontrar la vida (1969) y Fango original, ojo con los desarrolladores (1972), traspasadas al museo en 1973 desde el Ministerio del Interior de la época, además de La ajenidad (1961).
Asimismo, son parte de esta muestra cuatro arpilleras realizadas en noviembre de 1970, cuando Matta viajó a Chile para asistir al cambio de mando presidencial en el que asumió Salvador Allende. En esa ocasión, visitó el Museo para conocer las obras de construcción de la gran sala subterránea que llevaría su nombre, bajo la dirección de Nemesio Antúnez. Allí, en el hall del edificio, Matta creó 12 pinturas sobre arpillera utilizando materiales descartados de la obra en construcción: tierra, paja y yeso. De esa serie, el artista donó cuatro piezas para que formaran parte de la colección del Museo: El ojo del alma es una estrella roja, La revolución debe ser roja y sabrosa como una frutilla, Mira la lucha del esfuerzo del afuerino y Sin título, sellando con este gesto un momento histórico que quedaría en los anales del MNBA.